Almorzar o cenar al aire libre puede ser una experiencia maravillosa que ofrece numerosos beneficios, incluidos los nutricionales. Los establecimientos que ofrecen esta experiencia con ambientes al aire libre se han ganado el corazón del público.

En primer lugar, estar al aire libre proporciona un cambio de escenario y un descanso de los confines de los espacios interiores, lo que puede resultar refrescante y rejuvenecedor. El aire fresco y un entorno natural pueden tener un impacto positivo en nuestro estado de ánimo y bienestar general.
Comer al aire libre también nos permite conectar con la naturaleza y apreciar la belleza de nuestro entorno, y en el mercado del foodservice empiezan a aparecer productos dirigidos a este tipo de eventos.
Ya sea un picnic en un parque o una comida al aire libre, estar en contacto con el entorno puede mejorar la experiencia gastronómica y crear una sensación de relajación. Además, comer al aire libre puede tener beneficios físicos. Una mayor ventilación y exposición a la luz natural pueden aumentar nuestros niveles de energía y mejorar la digestión.
La exposición al sol mientras se come al aire libre puede ayudar con la producción de vitamina D, que es esencial para la salud ósea y la inmunidad. Fomentar una alimentación consciente, ya que tendemos a estar más presentes y atentos a nuestra comida cuando estamos en un ambiente agradable al aire libre. Comer al aire libre restablece el carácter lúdico de la relación con la comida.
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